miércoles, 25 de noviembre de 2009

Bryce

A Alfredo Bryce
Por su capacidad para hacernos reir y llorar a la vez

Esta entrevista se la hice a Alfredo Bryce en junio pasado al pie de la orilla del Río Chili. Salió publicada en el diario la República. Esta es la versión completa. Hoy Alfredo la pasa mal. Se ha peleado con todos sus amigos. Para colmo Indecopi ratificó la acusación de plagio. Alfredo pudo haberse equivocado. Pero una carrera brillante y soberbia no puede sepultarse por un error.Aunque en el Perú puede ocurrir cualquier cosa

Soy fiel a mis fantasmas

La Esposa del Rey de las Curvas, libro que presentó en Arequipa, significa el regreso al género del cuento después de diez años

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- Siempre me gustó el género. Para un escritor, escribir cuentos es un desafío, incluso más grande que una novela. Se sabe que la novela es buena aunque tenga caídas, porque unas partes preparan la otra, etc. En cambio, el cuento es un género breve que no puede fallar. Hay que ganarlo por K.O en la novela se gana por puntos y puede ser una maravillosa pelea. El cuento tiene unas reglas muy estrictas… que no están muy en la línea mía. Lo mío es la extensión, el goce de la palabra, el juego de palabras y tampoco me interesa mucho el efecto sorpresa final. Yo lo cuento todo desde el comienzo, y cómo ocurrieron esas cosas.
- ¿Un poco caótico?
- Sí, pues es un poco caótico. Pero la vida lo es. Tratas de meter el desorden de la vida para dar esta sensación al lector de tener unas páginas vivas… Hay
diez cuentos, cinco son largos de la extensión normal de un cuento. donde me encuentro muy cómodo.
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- El cuento “La Esposa del Rey de las Curvas”, uno de los más extensos, se remonta a su historia de su niñez (Bryce le hizo creer a toda la clase que su padre era el Rey de las Curvas)
- El Rey de las Curvas era Arnaldo Alvarado, un gran piloto, un ídolo nacional en la época de mi infancia. Yo lo admiraba enormemente, él tenía un automóvil igual al de mi padre: un Ford 46. Yo era muy niño de siete años y soñaba que mi padre fuera un ídolo semejante a Alvarado. Pero mi padre era todo lo contrario: respeto a las reglas del tráfico, la prudencia, etc. No cumplía los requisitos del ídolo. Entonces mi deseo lo convertí en realidad a través de la invención de un cuento apoyado en hechos reales: la existencia de este hombre, los automóviles, etc. A los compañeros de colegio les hice creer durante un semestre entero que yo era hijo de ese señor. Les contaba cómo corría, cómo preparaba sus carreras. Todo inventado…
- Y con la complicidad de su mamá.
- Con complicidad que se manifestó un día en que ella vino al colegio a buscarme. Todos los chiquitos corrieron a buscarla. Le preguntaron: ¿señora, es usted la esposa de Arnaldo Alvarado? Respondió: “cómo no, si Alfredo lo dice, yo soy la esposa de Arnaldo Alvarado, soy la esposa del Rey de las Curvas”. No quiso fallarme.
- En este libro, hay cuentos con personajes como el primo Rodolfo, el profe Iriarte y Peruvian Apollo, que tienen una mezcla trágica, cómica, ridícula y extravagante. El perfil ya tratado en novelas y cuentos pasados. ¿No teme ser redundante en este tema?
- No, yo creo que trato de formar ángulos y perspectivas muy distintas. Los escritores tenemos algunos temas de fondo, los que resurgen de un libro para otro. Son las obsesiones que predominan en mi obra: los héroes y personajes heridos, el hombre desnudo como un hombre poderoso llorando, fracasando, pero siendo risible, objeto de burla, pero que yo trato con mucho humor y ternura. Ese humor que jamás se burla de nada ni de nadie, sino que se ríe, pero primero se ríe de uno mismo, y se ríe con el mundo, y viene justamente lo que se llama la ironía de Cervantes, que nunca se burló de las debilidades de Don Quijote, sino de sus virtudes.
- Vargas Llosa, anduvo obsesionado con las dictaduras. Luego experimentó con el humor, erotismo y hasta lo policial, etc. En cambio lo suyo, resulta reiterativo
- Bueno sí, creo que eso ya depende del azar del destino de un escritor. Mario ha experimentado muchas cosas, con mayor o menor suerte. Yo siempre he sido fiel a mis fantasmas.
- Otra de las características de su literatura es la forma de narrar las cosas, ir por las ramas y darse cuenta a la mitad del texto que hay que tomar el toro por las astas. Una forma muy peruana de encarar las cosas.
- Uy, yo creo que sí, es peruanísima, no vamos a fondo nunca, o vamos con pases laterales.
- Cómo en el fútbol.
- Nadie tira el gol. Esquivar la responsabilidad frontal. El dribling-para la literatura- te permite conocer más la realidad, jugar con ella, y hacer quiebres y travesuras, que hacen más festiva y más literaria, más humana y más real, tu propia ficción.
- Tributario de Cortázar en ese sentido
- Mucho, claro, porque también escribimos cuentos, deshilachados decía él, y contaba cosas maravillosas, con un estilo que todo parecía no tener importancia.
- En su literatura hay un saqueo autobiográfico, usted mismo inspira a sus personajes. Pero alguna vez dijo que muchas cosas escritas le ocurrían luego en la vida real. Bryce se comporta como los personajes de sus libros.
- Los personajes viven en uno. Lo dominan y lo llenan. Y uno quisiera realmente deshacerse de ellos echándolos al papel. Realmente no podría escribir sino sintiera ese afecto profundo por todos mis personajes. Hasta por los más perversos (…) merecen la misma atención el verdugo y la víctima.
- O sea, sus personajes como su alter ego
- Probablemente sí, algunos de ellos más que otros.
- Y con cuáles se ha sentido más identificado.
- Me sentí muy identificado, precisamente tú lo has mencionado, con Pedro Balbuena de “Tantas veces Pedro”. Ese personaje lo viví con una intensidad muy grande, su desgarradora vida, su capacidad para ser feliz, etc. Mostrarse feliz ante el mundo, como un hombre generoso, que da todo de sí mismo. Me interesaba mucho este hombre que es pura generosidad y sin una pizca de maldad.
- Los escritores han tenido una relación de amor y odio con Perú. ¿ Es el caso suyo?
- No. Siempre me sentí muy bien en Perú. A mi edad, ¿qué es el país de uno?, unos cuántos amigos y unos cuántos paisajes, entonces yo me brindo el lujo de estar con esos amigos, de moverme por los sitios que viajé de niño con mi padre. Y eso me hace muy feliz.
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- Vargas Llosa tiene una visión optimista del país. Que lo ve muy encaminado. ¿Comparte la misma visión?
- No yo no la comparto enteramente. Desearía compartirla, pero no. Para empezar en nuestro gobierno hay una enorme corrupción, y lo que hay es una situación financiera positiva. Pero siempre, te choca la pobreza extrema. Lo mal que está el territorio nacional, las carreteras infames. Todo muy precario.
- ¿Realmente hay una enorme corrupción?
- Bueno, cayó todo un gabinete por corrupción.
- ¿Qué piensa de García?
- Siempre dije que Alan García es un estado desagradable de cosas
- Pero, muchos dicen que maduró
- Hace las cosas de otra manera. Lógicamente no es el caballo loco de la vez pasada. Eso sería cegarse y no querer ver. Hay cosas de esta bonanza que él aprovecha bien. Se hace cosas buenas, pero queda mucho por hacer.
- Usted también fue muy severo con Toledo
- No. A Toledo lo apoyé y defendí siempre. Lo conocí un año en Atlanta en un Congreso de peruanos que vivía en el extranjero, en Estados Unidos, y se acercó a agradecerme, porque yo había dicho cosas muy positivas de su gobierno, y los tres días que duró esa convención estuvimos juntos desde el desayuno hasta la noche.
- Su mirada con respecto a Latinoamérica, a Chávez, a Morales
- Bueno, yo soy defensor a ultranza de la democracia. Me parece que Chávez y Evo Morales encarnan el caudillismo, que es una cosa peor, una gangrena latinoamericana que tuvimos siempre, los dictadores, los caudillos, que siempre acaban mal. No hay excepción, y estoy seguro que estos dos gobiernos acabarán mal. En el caso de Venezuela, que lo conozco más de cerca, la gente está profundamente descontenta. Es pan y circo. La bonanza económica permite las barbaridades que hace este hombre.
- Pero también eso ha sido alimentado por el fracaso de sus anteriores gobiernos
- Desde luego, los gobiernos anteriores a Chávez, fueron gobiernos muy corruptos, presidentes que terminaban en la cárcel, Carlos Andrés Pérez, un ejemplo de ello. Chávez surgió contra eso, pero al final fue peor.
- Usted piensa que Humala es el cáncer terminal
- Es una exageración típica de un escritor. Es lo dicho por Mario, con grandes exageraciones. Pero creo que sí es peligroso. Una regresión, volver a cosas que ya fracasaron.

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